martes, 9 de marzo de 2010

San Martin de Frómista



San Martin de Frómista, en Palencia (Castilla y León), se construye por orden de la reina doña Mayor de Navarra, asumiéndose en el las influencias de la Catedral de Jaca. Esta dentro del Camino de Santiago. Pertenece a la arquitectura románica por el empleo del sillar de piedra, el predominio del muro sobre el vano, el uso del arco de medio punto y la bóveda de cañón, la división en naves o la presencia del cimborrio sobre el crucero.                                                                                                       







Presenta una planta de cruz latina dividida en tres naves cubiertas con bóvedas de cañón, rematadas cada una de ellas por un ábside semicircular y separadas entre sí por pilares de sección cruciforme (en los que se adosan columnas que sujetan los arcos formeros y fajones) que dividen el espacio en cinco tramos. La cubierta de la nave central (que es de mayor altura y anchura) se hace a dos aguas, siendo a una sola la de las dos naves laterales. Por otra parte, el último de los tramos (de mayor longitud) actúa como nave de crucero, marcándose exclusivamente en altura, al quedar alineado con los muros exteriores de las naves. Sin embargo, se otorga especial relevancia a su espacio central, rematado por un cimborrio sobre trompas de planta octogonal y cerrado mediante una cúpula semiesférica. Consta de dos puertas de acceso en cada lado mayor del edificio.
 En la planta también se puede apreciar que el edificio tiene dos torres campanario de influencia del arte carolingio. Además podemos observar que las ventanas son abocinadas en doble sentido hacia dentro y hacia afuera.

En cuanto a la decoración, las cubiertas de la iglesia están recubiertas totalmente con tejas y las ventanas con sus respectivas jambas y arquivoltas.
La iglesia está dotada de una abundante decoración escultórica.
Toda ella está recorrida por cornisas con ajedrezado, que descansan en canecillos esculpidos, con distintos motivos: animales, vegetales, humanos, algunos en actitudes que se pueden considerar obscenas.



Tampoco hay que olvidarse del gran número de capiteles decorados que hay en el edificio, tanto en el exterior como en el interior. Los del exterior los encontramos en portadas y ventanas.
 Entre ellos son los del interior los que más destacan, y su decoración va desde lo historiado a lo meramente vegetal y geométrico. Hay que resaltar sobre todo los figurativos, que tienen sus antecedentes en Jaca. En ellos se pueden identificar distintos temas, como la Epifanía o el Pecado original, un grupo de soldados, una boda, personajes montados sobre leones, la fábula de la zorra y el cuervo, junto a figuras de difícil interpretación.
Por último resaltar la presencia de un Crucificado del siglo XIII, presidiendo la Capilla Mayor.

 

 

 

 

 

 

 

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